Recordando a Villegas

Simon Bergaño.JPGPor:
Roberto Cifuentes
Escritor
Tomado de Facebook

Esta tarde he tenido el honor de leer unos versos de Poeta Villegas. Su nombre es Simón Bergaño y Villegas. Nació en Escuintla 1781. Periodista, escritor y poeta fecundo. Le cabe la gloria de ser un gran precursor de la Independencia de Guatemala.

Irina Polá, dice que el pasado histórico y literario de un pueblo, es la piedra fundamental de donde las nuevas generaciones extraen no sólo su sabiduría, sino su identidad.

Como todos los guatemaltecos, Simón Bergaño y Villegas está olvidado. Polá, refiere que hay escritos del Poeta Villegas en La Gazeta, periódico de aquella época, bajo el pseudónimo de Bañoger de Sagelliú, y también Gielblas.

Su pensamiento toma caracteres de vanguardista del idealismo independentista, por lo que fue duramente combatido, al extremo de instruirle un proceso en su contra. De alma inquieta, pero de escasos recursos económicos, prestó servicio en la secretaría general, de la Capitanía General de Guatemala a la edad de 19 años en que complicó su vida entre las musas y el amor.

La estudiosa del Poeta Villegas indica que esos amores lo llevaron a “enamorarse perdidamente de Cintia, la hija del Capitán General: Don Antonio González Mollinedo y Saravia, quien al darse cuenta de ello lo destituyó de su cargo. El nombre de Cintia se tradujo en sus producciones como: Ardelia, Lisi y Elvira.

Si duermo y me alimento
apenas sé de nada;
ni veo lo que como
ni sé lo que me pasa.
Tal es mi vida, amigo,
tal es mi vida abstracta,
que ni siento, los males,
ni los bienes me halagan.

Solo si te confieso,
que mi Ardelia adorada
me saca de mí mismo
me eleva y me arrebata.

Otro poema de Villegas dice:

Su genio, su belleza,
es cosa que me encanta…
mas no ha querido el cielo
que pueda yo gozarla.

Ni le temo a la envidia,
ni a cuantas asechanzas
al hombre poner puede
la soberbia ignorancia.

Y aunque joven y enfermo
sin cura ni esperanza
de ver restablecida
mi juventud lozana;
No esperes que me turbe
mi suerte desgraciada,
que ni yo pienso en ella
ni es posible me abata.

Se dice que Villegas abogó por que los estudios universitarios no fueran en latín. Además, señalaba que se perdía mucho tiempo es estudiar cursos que no eran aplicables a la realidad guatemalteca. Aquí unos versos con su crítica a la educación:

Pero tratándose de educación,
de este arte grave, ésta difícil ciencia,
hay tantos que la practican,
y tan pocos que la sepan…

Que mal, o nunca se borra
lo que en tierna edad se graba
vicio que ayer se aprendió,
sigue hoy, dura mañana.

Instruye en buenas costumbres
al niño, que es cara blanda;
y entonces de cualquier ciencia
el ingenio es fácil tabla.

También trabajó la sátira que, como composición literaria, tiene por objeto pintar defectos y ridiculeces de la vida humana, o anatematizar vicios o crímenes que perturban el orden social.

Come y duerme y no se afana
por nada mi Don Crispín;
más vale mi asno que al fin
come bien, pero lo gana…

Paseándose conmigo
un mal moro, me decía:
Por Alá te juro amigo,
que nacer en Berbería
es el más duro castigo,
pues tan solo a leer nos dan
un libro disparatado
que le llaman El Corán
y el moro más despejado
nunca sale de patán

Yo lo oigo; no maltrates
solamente tu nación
que aquí por constitución
se enseñan mil disparates.

 

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