Autor:
Fray Benjamín Sánchez Espinoza
México.
Mención particular merece uno de los frutos más preclaros del Seminario Arquidiocesano de Guadalajara, que supo conjugar, en grado eminente, sacerdocio con arte literario: Benjamín Sánchez Espinoza, también conocido con el pseudónimo de Fr’ Asinello (“Fray Burrito”).
El Poeta de la Unción Mística:
Orgullosamente tapatío, este sacerdote poeta nació el 6 de enero de 1923, siendo literalmente el Benjamín de una familia de profunda raigambre cristiana, integrada por otros siete hermanos. A él le tocó vivir una época turbulenta de intolerancia religiosa en nuestro país, lo cual imprimiría imborrables recuerdos en su memoria. Pero, aun en medio de aquel ambiente hostil a la fe, decidió ingresar al Seminario a la edad de once años, pasando su adolescencia seminarística entre la zozobra de ser descubierto por las autoridades y la valentía de seguir a Cristo; recibiendo su formación en patios, azoteas y lugares secretos, pero sosteniendo como ley suprema de su corazón esta divisa: “Aunque todos te abandonen, ¡yo no!”.
La fe apasionada del aquel muchacho y el ominoso ambiente persecutorio que vivió, además de su particular sensibilidad y dotes intelectuales, fueron forjando en él una exquisita capacidad literaria, que se decantó por el más difícil de los géneros: la Poesía. Más allá del ingenio para componer versos, Benjamín supo expresar las verdades de su fe en lenguaje poético, traducir los áridos conceptos teológicos con las más bellas imágenes, y dar cauce a sus sentimientos humanos con emoción y profundidad. No por nada, Fr’Asinello ha sido llamado el Poeta de la unción mística, y su obra ha sido ampliamente reconocida, tanto en el ámbito eclesiástico como fuera de él.
El Romancero de la Vía Dolorosa
Ahora, sólo cabe poner énfasis en una de sus más divulgadas obras, que creó siendo aún estudiante de nuestro Seminario: El Romancero de la Vía Dolorosa, publicado por primera vez en la Revista Apóstol, en mayo de 1949, y que desde entonces, ha sido objeto de innumerables ediciones; ilustrada por el Maestro Pintor Alfonso Lara Gallardo -en los murales que se encuentran en la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario, en el Centro de la Ciudad-, representada cada año por un grupo de destacados actores, y reconocida en 1960 por el propio Gobierno del Estado, que le otorgó el Premio Jalisco en Letras.
El Romancero es una composición poética dedicada a cada una de las catorce Estaciones del Vía Crucis. Quien lo haya leído detenidamente, podrá percatarse de la belleza de sus imágenes y de la profundidad espiritual de su contenido; pero, lejos de quedarse sólo con eso, quien lea, quedará impregnado de una experiencia de fe, pues El Romancero conduce a vivir los Misterios de la Pasión del Señor, no con el estupor de contemplar la crudeza de sus sufrimientos, sino con el éxtasis en la comprensión del sacrificio divino.
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