Compartido por:
Comunidad de Lectores
Miembros de la Red Nacional de Gestores Culturales
Primero que todo, nos sumamos al cúmulo de congratulaciones festejando el Día del Periodista, por la dedicación y entrega en el desarrollo de los espacios para la libre expresión en estos tiempos de incerteza global, cuando es necesario contar con su destacado ejercicio, profesionalismo y por ende de ética en el ejercicio del cuarto poder, como también agradeciendo por sumarse de buena voluntad y desinteresadamente en la difusión de todas nuestras actividades, que al igual que ustedes buscan coadyuvar en la formación ciudadana.
Atentamente.
Continuamos nuestro constante recorrido a través del universo de las palabras, un continuo viaje mágico y misterioso en el lector-transportador de nuestro emblemático “Vagón de Lectores en la última jornada del 2016.
Con un nuevo homenaje literario, a la manera acostumbrada de la Comunidad, leyendo efectivamente la obra del autor. En esta ocasión, con el abordaje de la obra de uno de los más grandes escritores guatemaltecos de enorme talla mundial; en el nonagésimo quinto aniversario de su natalicio, el que se cumplirá fielmente el 21 de diciembre del presente año; y que será celebrado de mejor manera por las más altas autoridades, fieles representantes y celosos guardianes de la cultura guatemalteca.
Nosotros hemos optado por elegir de entre su extensa producción y de su amplia obra literaria; a una de las más representativas y canónicas de la literatura universal, la que se distingue especial y particularmente por su característica básica de la simplicidad, no exenta de la laboriosidad en la maestría empleada en el lenguaje; especialmente por su contenido sintético, resumido, condensado, breve, acotado, descrito en pequeñas grandes historias, la cual definirían su particular estilo literario con un contenido de fina ironía, parodia punzante e ingenio mordaz, satírico.
Y que sentaría escuela y magisterio en una buena parte de nuevos escritores, con el buen empleo de las figuras retóricas eficaces; las que sin abusar de extensas descripciones, sin sobrecargar, ni saturar exageradamente, con frases ampulosas, adornos superfluos que usualmente redundan, en circunloquios sin sentido, que no aportan nada significativo a un simple texto, más bien terminan por aburrir, colmar y desesperan la paciencia de todo buen lector. Y dando fiel testimonio, acorde y como constancia de ello, suscribimos el presente. En estos territorios del valle de la Ermita, en Guatemala de la Asunción, el día 30 del onceavo mes del año del señor, del 2016.
Augusto Monterroso (Tegucigalpa, 21 de diciembre de 1921 – Ciudad de México, 7 de febrero de 2003). Escritor guatemalteco por elección. Su obra es reconocida y valorada a nivel universal y en buena estima por la Academia y la crítica especializada. Acreedor a diversos reconocimientos entre ellos: El exilio al que se vio sujeto posteriormente al período revolucionario de 1944, así como el premio nacional de literatura «Miguel Ángel Asturias»; el príncipe de Asturias para las letras; la investidura de doctor honoris causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Orden Miguel Ángel Asturias y el Quetzal de Jade Maya, de la Asociación de Periodistas de Guatemala; y en México, el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo. Entre otros.
Círculo del Vagón de Lectores.
“La oveja negra y demás fábulas/Augusto Monterroso.
…Esperando contar con el tiempo necesario para abordar. «El dinosaurio»
Museo del Ferrocarril. 9a. avenida «A» 18-03 z. 1
Sábado 10 de diciembre a partir de las: 10:30, a.m.
Culturales de Maco 