Por:
Alfons Martinell Sempere
Director de la Cátedra UNESCO
“Políticas Culturales y Cooperación”
Universidad de Girona
Compartido para la
Red Nacional de Gestores Culturales
La existencia de instancias multilaterales que han incidido en la región de diferentes formas, pero incorporando la cultura como un eje significativo de su acción ha posibilitado una mayor presencia de la gestión cultural en sus acciones. Hemos de resaltar la importancia de la Secretaría General de las Cumbres Iberoamericanas, la Organización de Estados Iberoamericanos, el Convenio Andrés Bello, la Corporación Andina de Fomento, la UNESCO regional, el Banco Iberoamericano de Desarrollo entre otros.
Cabe constatar que tienen en sus diferentes niveles la incorporación de objetivos de cooperación cultural e incorporan en sus planes de actuación programas culturales de gran importancia para la gestión cultural y se convierten en dinamizadores del desarrollo del sector cultural en los países miembros. La capacidad de poner en valor los recursos humanos del espacio cultural iberoamericano, junto a la capacidad de liderazgo de procesos de ayuda a las políticas culturales nacionales, ha permitido crear sinergias y sensibilidades compartidas.
En la mayoría de sus actuaciones han incorporado la dimensión de capacitación de gestores culturales, análisis de expertos sobre problemas culturales de la región y el asesoramiento a procesos de adecuación del sector cultural a nuevas realidades.
La participación activa de las universidades en el fomento de la capacitación de sus docentes, y en la adaptación de sus estudios a las nuevas necesidades de sus países incorporando paulatinamente ofertas de formación en el ámbito del sector cultural en diferentes visiones y especialidades. De la misma forma el estímulo a líneas de investigación en este campo ha permitido una presencia muy plural de las diferentes sensibilidades en el debate sobre la configuración de la gestión cultural en su entorno. La cooperación interuniversitaria, desde hace muchos años, es un motor de la creación del espacio iberoamericano del conocimiento y en el caso del sector cultural tiene un papel muy importante en el futuro.
La producción intelectual en el campo del estudio de las políticas culturales y la gestión cultural ha sido muy prolífica en los últimos años con muchas publicaciones a nivel nacional e internacional. Es evidente que la existencia de colecciones especializadas en editoriales en este campo ha permitido disponer de aportaciones muy significativas que han circulado con mucha más rapidez en los últimos años gracias a su difusión en internet.
La cooperación bilateral en materia cultural ha ido creciendo en los últimos años demostrando una alta eficacia en proyectos comunes. Desde los convenios bilaterales que los Estados firman para organizar sus relaciones, hasta la bilateralidad de otros niveles como puede ser las relaciones entre ciudades, la participación de la sociedad civil en una creciente diplomacia pública de instituciones culturales de los diferentes países que han establecido canales de cooperación cultural con el objetivo de una mayor internacionalización de sus organizaciones. En este proceso las personas que lo llevan a cabo coinciden con discursos y visiones del papel de la gestión cultural en esta dinámica.
Las interacciones profesionales de la gestión cultural en el espacio cultural iberoamericano han generado la emergencia de plataformas y redes de encuentro muy amplias como elemento aglutinador de todo un proceso. La gran cantidad de convocatorias a eventos de todo tipo es un ejemplo de este dinamismo, con un gran aporte, como ya hemos dicho, de organismos multilaterales, administración local, universidades, etc.
También ha incidido notablemente los Campus Euroamericanos de Cooperación Cultural con seis convocatorias, la estructuración de redes temáticas (Interlocal, Iberformat, Adai, Red de Centros Culturales, Red Mercosur, etc.) que van reuniendo a la comunidad profesional en diferentes temas de interés y mantiene el clima de cooperación a nivel más formal.
Los programas de cooperación cultural especializados que surgen de las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado juegan un papel importante por su doble función; la participación gubernamental y la acción de intercambio entre los profesionales. Este campo de acción se ha visto reforzado por la aprobación de la Carta Cultural Iberoamericana como instrumento de fomento a una mayor articulación jurídica de la cooperación cultural en la región.
Todos estos elementos nos permiten asegurar la gran influencia mutua en los procesos de profesionalización, donde la capacidad de interacciones es muy alta y se observa en los intercambios y participaciones que se están dando en un gran número de producciones y equipos profesionales mixtos capaces de llevar a cabo proyectos comunes desde esta lectura más multicultural de la gestión.